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Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos

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Boletín Nro. 8

 

Hacia una nueva estrategia Suramericana*

“Por la consolidación de la Unidad Suramericana de Naciones”

INDICE:

 

*Compromiso de Cusco

 

*Enrique Oliva: I, ¡Buenos Días Unión Suramericana!

                              Unión Suramericana II y III

 

*Alberto Buela: La Comunidad Suramericana de Naciones

 

*Julio Fernández Baraibar: Las interesantes y falaces críticas a la comunidad suramericana de naciones

 

*Carlos “ Chino” Fernández: La clase obrera y los procesos de integración regional: América del Sur

COMPROMISO DE CUSCO

                Las Centrales Sindicales presentes en la III Cumbre de Presidentes de América del Sur, expresan su satisfacción por la firma de la Declaración del Cusco, constitutiva de la Comunidad Suramericana de Naciones, que refleja el sentir de los trabajadores del Continente.

 

            Esta Comunidad debe propender a la dignificación de los Pueblos, por lo que debe priorizar el tratamiento de la cuestión social que destierre de una vez por todas la miseria, la exclusión y la explotación que padece la mayoría de la población, y que a través de la concreción de una identidad común y una más justa distribución de la riqueza, garantice a todos los ciudadanos el acceso al trabajo digno, a la educación, a la salud y a la vivienda. Es decir: Garantizar que las inmensas riquezas naturales de nuestras naciones sirvan para alcanzar la justicia social y el derecho al progreso para todos los suramericanos.

 

            Esta decisión de los gobiernos sólo se consolidará con una efectiva unidad de nuestros Pueblos, para lo cual consideramos imprescindible concretar la unidad del movimiento obrero organizado de toda Suramerica.

 

            En consecuencia, nos comprometemos a ampliar esta declaración en el menor plazo posible y hacer los esfuerzos para que se pronuncien en idéntico sentido el resto de las Centrales Sindicales de la naciente Comunidad Suramericana de Naciones.

 

En Coricancha, Cusco a los 8 días del mes de Diciembre de 2004.

 

Firmantes:

                JUAN JOSE GORRITI               JULIO PIUMATO           MARCELA MASPERO

SEC. GENERAL                         SEC. DE DS.HS.               COORD. NACIONAL

                         CGTP                                                CGT                                       U.Ne.Te.

                         PERÚ                                          ARGENTINA

 ¡ BUENOS  DÍAS

UNIÓN  SURAMERICANA !

9/xii/04                                                                        Por Enrique Oliva

 

                        Bolívar y San Martín, como tantos patriotas continentales, deben estar festejando la realización de un sueño tan esperado. Ayer 8 de diciembre del 2004, en el 180 aniversario de la definitoria batalla de Ayacucho, ha nacido la unión de pueblos del sur y todos debemos comprometernos a hacer crecer esa criatura a la dimensión de gigante protector de la soberanía popular.

                        Esa criatura exige ahora los mayores empeños y cuidados. Dispone de nosotros para defenderla de los colonialistas de siempre y en especial de sus cipayos internos, esos enanos cómplices de la explotación y la entrega.

                        La Unión SuRamericana anuncia a la faz de la tierra su voluntad de ser, de conformar la PATRIA GRANDE.

                        La nueva presencia continental nace con características que debemos tener siempre en cuenta.

         Si gran parte de la autoproclamada clase intelectual y las bandas de tinterillos de siempre que se llaman politólogos, han comenzado entusiastamente a criticar esta indispensable unidad, es porque estamos acertando. Ninguno se atreve a ponerse abiertamente contra la idea, pero, ”entre si pero no”, le buscan defectos y proponen mañosas recetas, implicando todas más postergaciones de nunca acabar en concretos..

A la jauría mediática que juega como opositora o condena al silencio y la indiferencia, le cabe aquello atribuido erróneamente a Cervantes (porque nunca lo escribió) poniendo en boca de Don Quijote, dirigiéndose a Sancho  sobre los ladridos como señal de que cabalgaban.

Alguien dijo que ”los críticos son los que orinan los monumentos”, pero no conocemos monumentos a los críticos. Ignorémoslos hoy como lo hará la historia.

Un talentoso y patriota argentino que vive en España, Armando rubén puente, ya añoso, nos ha despertado hoy con un correo electrónico celebrando la novedad.

Dice Armando: ”La mejor prueba de la importancia que reviste la creación de la Comunidad Suramericana esta dada por la notable oposición y ocultamiento que a este hecho le han dedicado  casi todos los medios de difusión que responden a los intereses de Estados Unidos. Baste con mirar los diarios (europeos y yanquis) que comentan con  mala voluntad o ignoran hasta ahora el acontecimiento histórico, el inicio de la Unión Suramericana por la que venimos luchando desde nuestra juventud, siguiendo el ejemplo de las generaciones anteriores desde principios del Siglo XX”. Y termina así: ”¡Viva la Unión Suramericana!  ¡Viva la Patria Grande!”.

UNION  SURAMERICANA  (II)

 

15/XII/04                                                                               Por Enrique Oliva

 

            Felizmente se concretó y firmó el acta de nacimiento de la Unión Suramericana y todos los pueblos esperan que haya venido para quedarse y crecer.

            No obstante este progreso, la carencia nada casual de informaciones precisas sobre el proyecto, nos sorprendió a todos. Los medios del continente venían hablando  de diez miembros y resultaron ser 12. ¿No se proclamó a los cuatro vientos que la Unión se compondría de las 4 naciones del Mercosur, las cinco de la Comunidad Andina y Chile? ¿Qué pasó a último momento? El filósofo Alberto Buela de inmediato ha visto la mano de Estados Unidos, introduciendo dos países que son virtuales dependencias de dos estados europeos de larga tradición y actuales poseedores de varias colonias en el Caribe. La decena de miembros originarios conformaban un homogéneo conglomerado de solo dos idiomas distintos pero muy similares como el español y el portugués. Ahora se agregaron dos lenguas más: el inglés y el holandés.

            No queremos ni pensar que se incluya un tercer “estado”, la Guayana Francesa, otra colonia (y con otro idioma) aunque descaradamente se la llame “Departamento Francés de Ultramar”, como si fuera parte del territorio galo.

            En la nota I sobre este tema, del 30 de noviembre pasado, advertíamos que las tres guayanas tienen litigios fronterizos con Brasil y la holandesa con Venezuela, todo con un fuerte olor a petróleo y brillo de diamantes.

            Esta desinformación, provocada por intereses nada simpatizantes con la unidad de Suramérica, obliga a poner los mayores esfuerzos en divulgar entre los pueblos las comunicaciones adecuadas para rebatir los múltiples entorpecimientos, ya en marcha, y puestos en evidencia. El pasado domingo 12 de este mes, el programa de televisión emitido a todo el continente por Andrés Oppenheimer desde Miami, reunió a diversos “expertos” universitarios que brindaron un festival de críticas a la Unión Suramericana, enfrentando vía satelital al panel al doctor Eduardo Duhalde, a quien cabe reconocer que se defendió bastante bien.

 

Necesaria movilización popular suramericana

            No obstante las objeciones citadas, debemos defender y fortalecer la unidad creada, pero estimamos también necesario movilizar al mayoritario sector del pensamiento continental para la popularización del nuevo ente. Es que los enemigos, en lugar de armonizar intereses para el bien común, pueden lanzar egoístas provocaciones  para dividirnos.

            No debemos descartar la aparición de algún país hermano, pero de gobernantes comprometidos con los poderosos. Tampoco faltarán los intentos de enfrentarnos con otras comunidades con las cuales deseamos cooperar en igualdad.

            Es primordial y urgente que las organizaciones de trabajadores suramericanas se unan en la tarea común de la Patria Grande y ser la columna vertebral social equilibrante, como lo hicieron más de medio siglo atrás. Juntos podrán defender sus intereses de las multinacionales que dominan amplios sectores de la economía. En esto ya manifestó su acuerdo el compañero Chino Fernández.

            Debemos dar por descontado que al poderoso Imperio, en permanente expansión y ahora más acelerada, no le hace gracia la Unión de su “patio de atrás” que lo mantenía disperso.

El accionar actual del despiadado poderío militar del imperio yanqui, superior al del resto del globo, reaviva las palabras del ex presidente republicano William Taft, aquel que en 1912 desembarcó marines en Cuba y luego en Nicaragua, quien afirmó: “No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro de hecho, como en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente.”

Coincide con Taft, Alexis de Tocqueville, uno de los teóricos del liberalismo francés, que también fuera Canciller (1849) y antes embajador de su país en Estados Unidos en 1830-32, autor de “La Democracia en América”. Refiriéndose a la raza anglosajona norteamericana, escribió: “No se detendrá en las líneas trazadas en los tratados, sino que se desbordará por todas partes por encima de esos diques imaginarios”. Los objetivos de estas  dos citas reproducidas por Internet en 1998 por Martín Cerri, se cumplieron. Las originarias 13 colonias de la independencia se aumentaron a 50, en perjuicio de Canadá y México, incluyendo las extorsivas compras de Alaska a Rusia y la Louisiana a Francia, como desplazando a otros colonialistas holandeses y españoles y dominando económicamente al resto del continente.

Han surgido también lamentos y acusaciones a la clase dirigente ibérica por suponerla responsable de perder un espacio de influencia. El muy difundido sitio de Internet llamado Hispanidad, titula el día 10 del actual: “España excluida de la recién creada Comunidad Suramericana de Naciones... tampoco existe colaboración española. Mientras tanto, la Secretaría Permanente de las Cumbres Iberoamericanas continúa siendo una oficina burocrática sin contenido ni recursos.”

Tampoco a la Unión Europea le cae bien, pues buscan atarnos a ella en sus sordas guerras económicas contra Estados Unidos. No obstante tales competencias, esos llamados “países centrales” seguirán aliados cuando se trate de mantener las subvenciones a sus productos e imponernos a nosotros ideas de  “libre comercio” que ellos no cumplen, ni esperan hacerlo.

            En fin, la Unión Suramericana era impostergable y deberá superar diferencias, que las habrán, como ha ocurrido en la Unión Europea durante más de medio siglo, pero creciendo sin cesar, dando más pasos adelante que hacia atrás. Su principal oponente ha sido el Reino Unido actuando como correveidile de Estados Unidos. Ante la imposibilidad de frenar al ente del viejo mundo, entró al mismo en 1973, como noveno miembro, a 16 años del Tratado de Roma que puso en marcha la Comunidad Económica Europea en 1957, cuatro años después de su modesta creación en 1953 con el Mercado Común del Hierro y el Carbón. Pero la Gran Bretaña mantiene su libra esterlina (que ya no es de oro) por no digerir al euro.

            Así como hoy ocurre con el empantanado ALCA, cuando en 1962 ya se veía inatajable el éxito de la unidad europea, a 5 años del Tratado de Roma, el presidente norteamericano Kennedy propuso sin éxito una Comunidad Económica del Atlántico. Ahora puede surgir otro proyecto tapón.

 

UNIÓN   SURAMERICANA  (III)

 

17/XII/04                                                                               Por Enrique Oliva

 

             Malvinas y la Unión Suramericana son las dos banderas anticolonialistas nacionales, e internacionales, más popularmente convocantes de nuestras conciencias, por enfrentar a los verdaderos grandes enemigos de los pueblos del continente. Ambas insignias coinciden con el mandato de los libertadores, avalados por la sangre criolla derramada tan generosamente.

            Las notas difundidas por nosotros y otros grupos activistas patrios sobre la cuestión Suramericana, han tenido una gran repercusión en nuestro país como el exterior. Ese logro de comunicación entre quienes poseen ideas nobles pero sin acceso a la sorda prensa tradicional, lo debemos a Internet, único medio de acceso ilimitado (por ahora).

            Los contactos deben ampliarse aun más con la difusión de ideas y sugestiones de cuantos desean el bien común, ante la poderosa ofensiva de quienes atacan al proyecto de unidad nacional e internacional bajo justas banderas.

            El enemigo común dispone de muchos medios económicos y bien aceitados mecanismo conformado no solo por ejércitos genocidas sino también con infiltraciones en los movimientos populares y medios de comunicación.

 

Movilización de cipayos

            Ya se le ha permitido, sin ninguna reacción sino con difusión amplia, a la intrusa embajadora de México en Argentina expresarse en forma descalificadoramente insultante contra países firmantes de la Declaración de Sucre. Esta señora, como se informa, ha hecho “estudios superiores” en la Universidad de Kansas durante dos años y un master en la Universidad de Columbia (Nueva York). Pero ese ejemplo de esta “columbian girl” es solo el comienzo de una “guerra total” contra la idea de unidad. Deben esperarse ataques de muchas otras fuentes, quizás hasta ahora insospechadas de cipayismo.

            La artillería más pesadas, aun no desplegada, no tendrá ni siquiera el límite de llegar a ”asesinatos selectivos”, pasando por los sobornos.

            La alarma no es una invención nuestra. La tomamos del sitio francés http://www.voxnr.com del importante Movimiento Nacionalista-Revolucionario y Solidarista, que señala los instrumentos del imperio para sus operaciones intervensionistas disfrazadas de filantrópicas. Comienza la nota diciendo: “Las fundaciones Soros y Ford, la Freedom House y la CIA financian las 'revoluciones democráticas' en el mundo”. Este llamado de atención, que da muchos ejemplos pasados y presentes será objeto de una traducción completa separada, por ser muy exclarecedor. A nosotros nos recuerda al embajador yanqui Spruille Braden quien núcleo a todos los partidos políticos sin excepción y a los medios de difusión tradicionales en contra de Perón.

            Pero el pueblo de Perón le ganó al imperio anglo-yanqui con la movilización del 17 de octubre y luego en las urnas. Lo mismo ocurrió recientemente en Venezuela, donde nunca le perdonarán al bolivariano Chávez que alienta a la Unión Suramericana. Es el mismo pensamiento del General San Martín que le ganó a España, como Juan Manuel de Rosas venciera a los  colonialistas franco-ingleses y a los cipayos argentinos que se pusieron los uniformes de las dos más grandes potencias de la época.

            Tanto le dolió al Imperio Británico perder el dominio de Argentina, “una de las mejores joyas de la corona”, que Winston Churchill declaró en 1955 en la Cámara de los Comunes, a los 86 años de edad, con su odio intacto: “La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene para mi tanta importancia como la victoria de la Segunda Guerra Mundial, y las fuerzas del imperio inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida ni tampoco después de muerto”. !!!

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Argumentos tramposos a tener en cuenta

            La principal “razón” objeción de mala fe consiste en sostener que conviene más la “Unión Latinoamericana” y hasta algunos se animan a enarbolar la “Panamericana” incluyendo a Estados Unidos.

 ¿Quién puede estar en contra de una futura Unión Latinoamericana? Por supuesto que nadie. Pero debemos ir por pasos más seguros y con el tiempo llegar a todo el continente y después a un  universalismo como lo preveía el General Perón para el futuro.

            Si incluimos hoy al Caribe, Antillas y Centroamérica, donde priman colonias descarnadas o encubiertas que son paraísos fiscales y bancarios para los manejos especulativos capitalistas y guarida de dineros mal habidos (narcodólares en especial), los suramericanos quedamos en minoría para cualquier cambio que quisiéramos intentar. Significaría una nueva OEA, esa dependencia del Departamento de Estado cuya nulidad es más que evidente y su servicio al Imperio Anglosajón quedó bien claro con la agresión colonial de gobiernos (no de pueblos) en la  Guerra de Malvinas.

            A más de la inexplicada entrada a la Unión Suramericana de las guayanas holandesas e inglesas, esperan otras más complicantes como la guayana francesa y Belice. Este último “país independiente”, nacido en 1981, es un estratégico territorio centroamericano  de 22.965 K2, usurpado a Guatemala. Por supuesto, también está en la OEA y... en el Commonwealth.

            Cuando la Unión Suramericana se consolide, por la movilización de todas las organizaciones populares, será el momento de aceptar el ingreso de otras naciones del continente, una por una, previa demostración de su real independencia.

La Comunidad suramericana de naciones

 

                                                                                      Alberto Buela

 

 

Se firmó en Cuzco (Perú) el 8 de diciembre de 2004 el acta fundacional de la Comunidad suramericana de naciones con la participación de los nueve países hispanohablantes y Brasil, más Inglaterra y Holanda, perdón, más Guyana y Surinam.

 

Se eligió Cuzco o Cusco como quieren los indigenistas, (claro está, los indios no usaban la zeta que suena más a gallego) que ha sido declarada la capital profunda de la América del Sur.

 

Se eligió el día de la Virgen María, esto es, de la Inmaculada Concepción, que para el mundo católico, la religión inmensamente mayoritaria de Suramérica, es de singular importancia religiosa y calendaria.

 

Se eligió, al contrario de la Unión Europea, comenzar primero por una integración de carácter político, ya que económica es imposible pues todos nuestros recursos están en manos de las multinacionales luego de la década de los 90 que desguasó las empresas estatales.

 

Pero lo que no se eligió es comenzar por la preferencia de nosotros mismos y  privilegiar nuestra índole cultural y lingüística, dejando entrar con voz y voto y en pie de igualdad a dos enclaves coloniales como son Guyana y Surinam, caballos de Troya de Inglaterra y Holanda, y por ende de los Estados Unidos en el corazón mismo de esta naciente comunidad de naciones.

 

Dice el viejo Aristóteles al comienzo del tratado De Caelo que un pequeño error al principio es grande al final. ¿Cuál es el beneficio para esta naciente comunidad que le aportan Surinam y Guyana?. ¿Multiplicar el equipo de traductores?. No hay que ser estulto ni en la vida ni en la política. Comenzamos rifando alegremente el rasgo más característico de Suramérica: la unidad idiomática.

 

Cualquiera que haya estado en Guyana y Surinam sabe que estas naciones no han dejado de ser simples colonias de Inglaterra y Holanda. Su soberanía nacional es un flatus vocis (para los que no saben latín de flatus viene flatulencia). Son un proyecto grotesco de naciones, cuyo destino tendría que ser Suramérica, pero que las cancillerías de sus metrópolis las piensan como caribeñas.

 

Y aquí aparece el as de la manga de la política estadounidense para la región, lograr introducir en la casi nonata Comunidad suramericana de naciones por vía de Surinam y Guyana a las naciones del caribe, con lo cual en el momento de votar (porque el régimen que se dará no puede ser otro que democrático y , por lo tanto, regido por la ley de la mayoría) los diez países hispanos más Brasil quedarán en minoría.

 

Todo indica que esto será de  un intento más de unidad americana tirado a la basura, merced a la estulticia de nuestros políticos vernáculos que se conforman con la apariencia de los hechos.

 

Los grandes diarios de Argentina (Clarín y La Nación) y de Brasil (Estado do Sao Paulo y Folha) hablan de zona de libre comercio y ponen énfasis en la interconexión física. ¿Pero quiénes son los que comercian? Y ¿Cuáles mercaderías salen de América del Sur?.

Los grandes diarios cuando sostienen que el principal objetivo es lograr  zona de libre comercio se inclinan a pensar que lo es como un paso para el libre comercio internacional y no una zona de libre comercio sólo para los miembros

 

Interesantes anfibologías que nos presentan los mass media. No se acaba de construir un gran espacio que puede llegar a ser autocentrado económica y políticamente, cuando ya lo están bastardeando con ideas espurias.

 

No va a faltar algún tonto de capirote, como decían nuestros padres, que en nombre de la democracia lingüística comience a hacer campaña para que en este Comunidad suramericana de naciones se impongan en pie de igualdad las lenguas indígenas, y así transformar un proyecto unitario en una babel inentendible. Ya hemos leído algún artículo al respecto.

 

Resumiendo, si esta unidad geográfica, política, lingüística y confesional que es  Suramérica la quebramos con la introducción de elementos heterogéneos a ella ab ovo (desde el comienzo) mal puede prosperar.

Las interesadas y falaces críticas a la Comunidad Suramericana de Naciones

 

Por Julio Fernández Baraibar

CEES 

 

Con las firmas de los presidentes suramericanos y sus representantes aún húmedas al pie de la Declaración del Cusco por la cual se funda la Comunidad Suramericana de Naciones, comenzó a escucharse a lo largo y lo ancho de nuestro continente, en cada una de nuestras capitales, un coro de plañideras denunciando ora su carácter prematuro, ora su fracaso inicial, ora su inutilidad, ora los peligros que encierra, ora la desmesura de la propuesta, ora la ausencia del resto de Latinoamérica.

 

Casi sin excepción el conjunto de los medios de prensa representativos de las viejas oligarquías y del interés imperialista, sus periodistas a sueldo y hasta políticos a su servicio abrumaron a la opinión pública con sus argumentaciones en contra del histórico acuerdo.

 

Los argumentos principales esgrimidos en nuestro país por estos enemigos de la unidad continental han sido los siguientes:

·                                 No se debe avanzar sobre acuerdos políticos cuando aún no se han desarrollado lo suficiente los vínculos y los acuerdos económicos entre los países y entre las sub-regiones (acuerdos Mercosur-Pacto Andinio, por ejemplo), o cuando esos acuerdos no pasan por su mejor momento.

El argumento pretende suponer que el desarrollo de un proceso de integración continental es el resultado de la mera complejidad de relaciones económicas y comerciales. Este vulgar economicismo olvida que la creación de instituciones políticas es siempre consecuencia de una clara y manifiesta decisión política, tal como lo demuestra la declaración de Independencia de cada uno de los pueblos del continente.

El Mercosur atraviesa, como todos los acuerdos de esa naturaleza, distintos momentos determinados por la evolución interna de las economías de los países signatarios, la particular coyuntura de sus mercados internos, la política monetaria y cambiaria y el predominio de sectores dentro de las distintas burguesías. Era evidente, durante los gobiernos de Menem y de la Rúa, en la Argentina, que la burguesía local, hegemonizada por grupos tras-nacionalizados con fuerte impronta financiera dilataba una mayor profundización del Mercosur, mientras que en el Brasil la burguesía industrial pugnaba por estrechar los vínculos con la Cuenca del Plata.

Justamente estos impasses deben ser superados por una decisión política que destrabe la pequeña lucha de intereses comerciales al elevar a un nivel superior, el de la voluntad estatal como expresión de los intereses generales, el proyecto unificador.

En ese sentido, la declaración de Cusco se pone por encima de los vaivenes de un Mercosur que continúa siendo un acuerdo mercantil y, por ello, por decisión de pueblos y gobiernos, propone la unidad política como objetivo superior al de la balanza comercial.

·                                 El proyecto suramericano es un proyecto histórico de la cancillería brasileña, mientras que la aspiración argentina ha sido siempre "latinoamericana". Detrás de la insistencia brasileña en la reunión de Cusco no se expresa otra cosa que el "imperialismo" tradicional de Itamaraty que considera al cono sur del continente como su natural "lebensraum".


Curiosamente la principal fuente de esta argumentación ha sido el diario La Nación, que, como se sabe, expresó en el siglo XIX la política de mayor acercamiento con el Imperio del Brasil que culminó en la dramática Guerra de la Triple Alianza. El principal columnista del matutino fundado por Bartolomé Mitre ha sostenido, a su vez que el interés estratégico de la Argentina es establecer una relación con un país grande y fuerte, pero lejano, como lo fue Gran Bretaña en los tiempos dorados de la oligarquía clásica, EE.UU., durante las "relaciones carnales" del menemismo, o México, pero nunca con un país con el que tiene tan amplias fronteras como brasil y cuya política exterior en la región es expansiva y con pretensiones hegemónicas.

Estas pretendidamente eruditas argumentaciones solamente esconden la resistencia de sus autores, y de los sectores sociales que ellos expresan, a reconstruir la unidad de la herencia ibérica. Ya en la década del veinte del siglo XIX, Bernardino Rivadavia y la pandilla del Barranco quitó todo apoyo a los ejércitos de José de San Martín y a él mismo en su afán de llevar hasta las últimas consecuencias la guerra de la Independencia, lo que obligó al Gran Capitán a ceder el mando al Libertador Simón Bolívar con la misma estolidez la tradicional burguesía comercial porteña, la Bolsa, los bancos imperialistas, los grandes exportadores y el gran capital financiero rechazan hoy una alianza estratégica con el Brasil que siente las bases de la unidad del Continente.

Al fin y al cabo, esta alianza estratégica fue lo propuesto por Juan Domingo Perón en 1951, en su ABC, que la oligarquía cafetalera brasileña y los mismos sectores del interés extranjero rechazaron por "anexionista" e "imperialista", es decir, con los mismos argumentos que hoy esgrime La Nación y su escriba especializado.

Brasil y gran parte de su dirigencia política y militar, así como sus grandes pensadores sociales, ve con claridad que la conformación de un bloque suramericano es la única posibilidad para enfrentar los desafíos que impone a nuestros países el desmesurado expansionismo anglonorteamericano y la constitución de grandes bloques estratégicos en Europa y Asia. Así lo han repetido, entre otros, Helio Jaguaribe, Luiz Alberto Moniz Bandeira y Theotonio dos Santos. Así lo ha sostenido el vicecanciller del Brasil, Samuel Pinheiro Guimaraes en numerosos artículos y esto es lo que intenta el presidente Lula da Silva.

Nada tiene que ver esta política con la tradicional diplomacia de Itamaraty en tiempos del Barón do Rio Branco o, siquiera, en tiempos de Neves da Fontoura. Si aquella estaba dirigida a establecer definitivamente los límites del Brasil como el más extenso país del continente amer5icano y hacer jugar su influencia sobre la región para establecer una relación privilegiada con los EE.UU. que equilibrase la relación preferencial de Argentina con el Reino Unido, ésta -la de Neves da Fontoura- sólo tenía como finalidad convertirse  en el aliado estratégico en la región del triunfador en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos. Nada de esto preside las preocupaciones del Itamaraty actual.

Poco hay que agregar a la pretensión de alertar, como lo hace el ya mencionado columnista, al "imperialismo" del Brasil, mientras se reivindica nuestra relación con el Reino Unido o, peor, si se quiere, con los EE.UU. en la década del noventa.

Queda un argumento residual que parecería haber presidido cierta reticencia en la cancillería argentina hacia la firma de la Declaración de Cusco. El mismo se refiere a ciertas tensiones en la balanza comercial entre nuestro país y Brasil que indicarían al palacio San Martín la existencia de una actitud de irreductibilidad en los negociadores brasileños.

Es probable que ciertas ventajas comparativas y una economía de producción a escala facilite notablemente el ingreso a mucho mejor precio de manufacturas producidas en Brasil. También es probable que sectores de la burguesía industrial haga valer su influencia en las negociaciones bilaterales y dificulte un acuerdo que integre la necesaria recuperación industrial argentina.

Pero este árbol no puede impedirnos ver el bosque. En Brasil, en su cancillería, en su dirigencia política, militar y económica, en sus universidades y en su opinión pública existen amplios e influyentes sectores para quienes la alianza estratégica con la Argentina y la consolidación de esta Comunidad Suramericana de Naciones es la posibilidad de un futuro soberano, de una Amazonia, de una Patagonia, de una Antártida y de un acuífero guaraní libres de codicias imperiales. Es solamente en ese marco y con esa perspectiva que la Argentina debe volcar todos sus esfuerzos políticos y diplomáticos. Nunca más los suramericanos deberemos repetir las trágicas palabras del Libertador Bolívar: "He arado en el mar".

 La clase obrera y los procesos de integración regional: América del Sur

Marco General: 

Carlos “Chino” Fernández

CEES

 En los últimos años se han acelerado los procesos de integración entre un conjunto de estados  nacionales. Estos procesos son posibles analizarlos desde diferentes aspectos y planos de la compleja realidad. Sin embargo  es  la dimensión  financiera y el instrumento  económico-comercial los que han motorizado  tal aceleración. Tenemos así los acuerdos que llevaron al NAFTA, la reciente ampliación a 25 miembros de la Unión Europea, la formación de la Comunidad Andina y el Mercosur, también se destaca la República Popular China y su área de influencia asiática. Cada uno de estos fenómenos tienen sus tiempos, sus características y su centro de gravedad específicos.

Para explicar las razones que llevaron a los países a esta forma de vinculación, es necesario diferenciar aquellos países que impulsados por la necesidad de ampliar la escala de  producción de grandes concentraciones de capital, tomaron la forma regional para valorizarse, de aquellos países que con criterio defensivo no tuvieron otro remedio que iniciar un proceso de integración para no desaparecer.

 

Inclusive si se analizan estos procesos de integración solamente desde el plano económico-comercial, existen a su vez diversas modalidades de tal integración. Es decir, no es lo mismo un proceso que supone un acuerdo de libre comercio entre las partes, que un acuerdo que exprese una unión aduanera con aranceles diferenciados para terceros países.

De una o de otra manera este fenómeno es un hecho de la realidad y se ha acelerado en los últimos años en todo el planeta.

 

En lo  que refiere  a la unidad Suramericana, el día 9 de diciembre del presente año se firma en el Perú el segundo Acta[1] de compromiso de unidad de los estados miembros en donde se formaliza la unidad entre los dos sub-bloques regionales: MERCOSUR  y el CAN[2].

Tanto para la clase obrera argentina representada por la CGT, como para todas aquellas centrales sindicales de los países hermanos este hecho es auspicioso, ya que se erige como estandarte de unidad y de hecho es una respuesta a la implantación del ALCA en tanto estrategia expansionista de los EEUU. Al mismo tiempo es un avance en  la construcción de un espacio no solamente comercial, sino esencialmente geo-estratégico cuya concepción básica define un espacio auto-centrado de libre determinación y auto-abastecimiento de alimentos, energía y bio-diversidad  para las 10 naciones de nuestro sur continental

 

De todas maneras alertamos aquí que, de no producirse un proceso de integración de los pueblos y centralmente de sus clases trabajadoras, la unidad será una mera formalidad o beneficiará a determinados sectores sociales que bajo el ropaje del nacionalismo seguirán acumulando riquezas e influencias a costa del sacrificio de todo un pueblo.

 

Esta iniciativa de los gobiernos para la unidad de América del Sur, que debe ser apoyada por los trabajadores de cada uno de los países, es para el movimiento obrero de gran importancia en la medida en que no se pierda de vista el orden estratégico de los problemas. En este orden  no es primero el abordaje del regional de la organización, sino al revés. Primero es central resolver los problemas que presenta el movimiento de trabajadores argentinos en pos de recuperar la conducción de todo el movimiento nacional y popular y no permanecer como simples acompañantes del proceso. Es la única vía de recuperar la nación en toda su plenitud

Si bien las exigencias del momento nos hablan de un alineamiento con esta iniciativa de integración, éste no debe ser en desmedro de la estrategia de recuperación nacional y de recuperación de la conducción por parte del movimiento obrero del movimiento nacional más vasto.

 

La clase obrera y la lucha por la verdadera independencia:

Cuáles son las aspiraciones de la clase obrera?

 

*El movimiento obrero para resolver los problemas que se le presenta desde un orden estratégico (no-cronológico) y pasar a la conducción tiene que resolver su atomización gremial que aún y a pesar de la unidad de la CGT perdura y resolver su aislamiento político.

En el primer caso, a demás de reconocer como lo hizo la necesidad de articular la lucha de los desocupados, tiene la necesidad de fortalecer su plano de representatividad que trascienda el mero reflejo gremial que tiene en la lucha permanente por el salario su máxima expresión.

El sindicalismo en esta tarea tiene que  asumir el desafío de vincular el movimiento sindical con el movimiento obrero de organización barrial y dar un salto cualitativo de re-posicionamiento como referente de la representatividad social para el conjunto del pueblo.

Para el segundo aspecto, debe darse una política de alianzas estratégicas y tácticas. Para ello es pertinente que se sacuda aquellas fracciones de pequeña burguesía progresistas, revisionistas y oportunistas que aún perduran y pululan alrededor en busca de empleo.

El proceso de proletarización de las capas medias argentinas de los últimos años, si bien tiene un tinte dramático, es al mismo tiempo una cantera de recursos en capacitación, conocimiento y destrezas a la hora de pensar en un renovado colectivo de trabajadores dispuestos a pensar para el conjunto social.

 

*No es preocupación del movimiento obrero crear una clase nueva burguesa que la explote decentemente. No está en sus atribuciones inventar una burguesía industrial a la usanza de la década del 50 o 60. En términos regionales no es preocupación de la clase obrera de ningún país aumentar la productividad laboral al punto tal de destruir otros puestos de trabajo en países vecinos o no tanto.

Cuando la burguesía cualquiera sea su naturaleza habla a través de sus gobiernos de aumentar la competitividad de la economía, lo hace pensando en sus propias ganancias, o en aumentar la escala de sus procesos productivos. Piensa poco en sus trabajadores y menos en los de otros países que a consecuencia de sus logros y avances tecnológicos pierden nada menos que sus puestos de trabajo.

Gran parte de lo que se puede considerar burguesía o empresariado planifica su propio capital y sus inversiones evaluando su rentabilidad, no el destino de la totalidad de la fuerza de trabajo que directa o indirectamente es  afectada,

Para la clase obrera debe ser un problema en una organización regional la planificación del destino del conjunto de la fuerza de trabajo involucrada y no solamente la del propio país.

Para la clase obrera la destrucción de puestos de trabajo en otros países redundará en el largo plazo en una baja salarial en el propio país a medida que caigan las barreras arancelarias y aduaneras impulsadas por el avance del capital financiero.

 

En nuestro país, ha aumentado la masa crítica  de la participación deliberativa de la presencia de las organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados en los problemas nacionales. No se ha avanzado mucho en la incorporación real de las organizaciones de los trabajadores en el proceso de toma de decisiones y básicamente en la planificación económica.

El gobierno si bien es cierto que demuestra una mayor sensibilidad a la hora de tratar los problemas sociales, se preocupa demasiado en la batalla mediática que pasa por tener la primicia en la novedad de las noticias a la hora de dar a conocer a la sociedad los aumentos de salarios y otras mejoras laborales que  desde ya son bienvenidos.

 

Las centrales sindicales de los países de América del Sur, deben explorar y experimentar las acciones que surjan de la integración suramericana desde las organizaciones independientes de los trabajadores. Para nuestro país es oportuno plantear la re-localización de la organización sindical en el marco del movimiento social general, sumando a los desocupados y a las capas medias de la sociedad en tanto reservorio de capacidades técnicas y profesionales disponibles[3]. Es muy importante aprender de las experiencias de recuperación de fábricas y de empresas que han sido abandonadas por sus dueños, de los movimientos de desocupados y demás formas de lucha que se han generalizado en los últimos tiempos.

La burguesía financiera especulativa y extranjerizante no ha sido derrotada en nuestro país, sólo se encuentra  agazapada, replegada.

No la dejemos recuperarse políticamente.

 

Diciembre de 2004

(*)

PRESENTACIÓN DEL CEES

 

Inauguramos el servicio de boletines del Centro de Estudios Estratégicos Suramericanos (CEES) con el objetivo de enriquecer un nuevo espacio político en la compleja realidad del subcontinente. Realidad que se conforma no sólo por lo que es, sino también por lo que puede ser. Es nuestra intención, entonces, trabajar tanto sobre lo que está en acto como lo que está en potencia, utilizando una metodología histórico-fenomenológica en el primer aspecto y una hermenéutico-prospectiva en el segundo; siempre a través de un abordaje interdisciplinario que permita atender la variedad de registros que constituyen la realidad suramericana.

 

         Nos embarcamos en este proyecto un grupo de personas que desarrollamos distintos quehaceres -políticos, sindicalistas, profesionales, investigadores, profesores- que tanto desde diferentes disciplinas -historia, economía, literatura, politología, sociología, filosofía- como desde nuestras prácticas político-sociales cotidianas, accedemos al fenómeno geoestratégico y geopolítico suramericano.

 

         Ideológicamente nos inscribimos dentro del ideario de Patria Grande de nuestros próceres de la Independencia y en la corriente de pensamiento no–conformista que cuestiona tanto al pensamiento único como a lo políticamente correcto.

 

         Integramos el núcleo fundador del CEES: Helio Jaguaribe, Luiz Moniz Bandeira, Hugo Moyano, Julio Piumato, Juan Manuel Palacios, Gerónimo Venegas, Domingo José Moreyra, Juanqui Moreyra, Juan C. Murgos, Juan Manuel Loimil, Héctor Recalde, Alberto Buela, Horacio Cagni, Julio Fernández Baraibar, Carlos Antonio Fernández, Jorge Dall´Aglio, Carlos Pereyra Mele, Enrique Oliva.

 

         Dejamos, por este medio, abierta la invitación a todos aquellos que deseen participar de esta aventura: La conformación de un pensamiento estratégico genuinamente americano.

 


[1] Nota: La firma de la primer Acta de compromiso de unidad data del año 1974

[2] Nota: MERCOSUR: Mercado común del sur. Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay más Chile . CAN: Comunidad andina de naciones(Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú)

[3] Ref: Para un desarrollo sugerente de la función del sindicato, ver: J-Michel Servais:”Globalización, competencia, economía y solidaridad. Un rol renovado para los sindicatos. CIELDA, Universidad de Zulía, Fac. de ciencias jurídicas y políticas, Maracaibo-Venezuela